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miércoles

Trujillo, Huanchaco

Eran las 6:00 am, cuando llegamos a Trujillo; apenas amanecía y por seguridad tomamos un taxi hasta Huanchaco que nos cobró S/17, recorrido 15min, aprox. Llegamos al Hostel Amelia, nos abrió la puerta un chico amable de nacionalidad suiza, tocó esperar hasta las 11:00am para hacer el check in, así que salimos a buscar algo de desayunar y exploramos el lugar, fuimos a una pequeña iglesia de la virgen de Huanchaco, nos contaron que fué construída en 1531 por españoles, estaba situada en una montañita de donde se apreciaba Huanchaco y la playa.
Huanchaco es un pueblo pequeño, con hosteles y restaurantes donde su especialidad es la comida de mar, entre ellos uno llamado Cartagena propiedad de un colombiano.
El atractivo de este lugar es que sus pescadores, aun pezcan con los caballitos de totora, manteniendo la legendaria tradición.
El mar no nos dió para meternos, porque el agua es muy fría y sus olas fuertes; sin embargo puedo decir que se puede apreciar uno de los atardeceres mas lindos que habíamos visto hasta el momento.
Era el cumpleaños de nina, luego de recibir la habitación y acomodarnos en el hostel salimos a almorzar; como era un dia especial, no podiamos comer lo de todos los días, asi que fuimos a un lugar frente de la playa, uno de los mejores del sector en comida de mar, llamado la barca. Nina pidió un ceviche como
tanto lo había deseado, y yo un lomo en salsa de champiñones; la casa nos dió de cortesía 2 pisco sour y 2 leches de tigre. La comida estubo buenísima y la celebración también, en ese momento se acercaron 2 músicos a tocarle una canción a nina.
Luego de almorzar y de pasear un rato por la playa regresamos al hostel, los encargados del lugar le dieron un llavero de un caballito de totora, Nina se puso muy feliz; nos informaron de las atracciones del lugar y al siguiente dia decídimos ir a Trujillo al complejo arqueológico de Las huacas del sol y la luna, considerado un santuario mochica. Al llegar al lugar nos topamos con un carro-casa, que llevaba banderas y un aviso con el nombre de PanAmericanArte, un alemán y una argentina que vienen viajando desde Alaska hasta Argentina, con el próposito de ir recolectando en el camino talento de varios artistas de todos estos lugares en un lienzo de varios metros de largo, esta gran obra va a ser donada a una organización humanitaria. Esto no lo supimos hasta que al volver al hostel entramos a su web; así que no pudimos hacer parte del proyecto, ojalá nos los volvamos a encontrar en el camino hacia Argentina.
En el lugar habían dos perros chimú que vienen de sus ancestros de esa misma cultura, su característica principal es que no tienen pelo, por lo que  su temperatura es de 40 grados y es usado como compañía de personas que sufren de reumatismo.
El museo y las ruinas son impresionantes, tomamos varias fotos como recuerdo. Al volver al centro de Trujillo caminamos por la Plaza de Armas, donde se encuentra la catedral principal; toda la plaza estaba adornada por varios árboles navideños.
Volviendo al hostel tomamos una combi o colectivo, nos causó impacto el ruído de los buses, que pitan todo el tiempo, y los ayudantes no paran de gritar donde son sus paradas; además los conductores manejan como locos.
Estubimos 3 días conociendo entre Huanchaco y Trujillo, porque decidimos que nuestro próximo destino sería Huaraz, donde nos encontraríamos con Checho, un amigo de Bogotá.
























































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